lunes, marzo 28, 2005

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"Para mi family de Buenos Aires, que a pesar de la distancia irán siempre conmigo, especialmente el Nº 7 del equipo"

Parlare per parlare

Parlare per parlare senza cosa per dire sembra facile. Ogni domanda senza risposta ti allontana di me. Io sonno cobarda mais questa notte ti quiamo per dirte quanto ti amo.

Guerra

Hay noches en las que aún me cuesta dormir. Entonces me asomo al balcón y miro las estrellas. La ciudad sigue callada y no puedo evitar preguntarme: ¿por qué fuimos a la guerra?

lunes, marzo 14, 2005

Día de pesca

Por más años que pasaban Carolina no conseguía acostumbrarse a la ciudad. Su tristeza era mayor a medida que pasaba el tiempo, en la misma proporción en que las visitas a su pueblo natal eran menos frecuentes. Había ido cambiando los fines de semana por los puentes, y estos a su vez por las vacaciones. Ahora apenas podía ir los primeros quince días de julio, aquella quincena mágica, que todos los años su padre le reservaba para acampar en la rivera y tratar de sacar una trucha que les sirviera de cena.
Carolina no sabía pescar, ni siquiera tenía licencia, pero para ella bastaba con sentarse a coger flores y darle conversación a su padre. Si éste le dejaba sujetar la caña, Carolina podía sentir como la corriente movía el cebo de un lado a otro, y si en algún momento sentía picar algún pez, o creía que picaban, tiraba con todas sus fuerzas, que eran pocas, de aquello que le triplicaba la estatura. Unas veces acababan en el río, otras, perdían anzuelo y plomos en alguna rama cercana, pero para Carolina, nunca habrá cena más sabrosa que aquella pequeña trucha que no daba ni la medida, rellena de panceta, que compartía con su padre bajo el estrellado cielo de verano.

miércoles, marzo 09, 2005

OSCURIDAD

A oscuras grito tu olvido

Bajo la lluvia lloro un “te quiero”

Me muero sin haberte querido

Y culpo a un mundo entero

De haberte perdido

Sin haberte tenido primero.

MALDIGO

Maldigo la verdad y la mentira,

Pues las dos duelen y me separan de lo que quiero.

Maldigo al día por ser alegre

Y a la noche por ser triste y melancólica.

Maldigo las injusticias

Y la justicia, que brilla por su ausencia

A ti no puedo maldecirte

Pero me maldigo a mí por amarte.

lunes, marzo 07, 2005

CANSADA

Demasiado cansada para todo
Demasiado cansada de cualquier cosa
Demasiado cansada y más.

SOY Y NO SOY

No soy yo quien está olvidando
No es a mí a quien le importa la distancia
Soy la que vive de recuerdos y espera

NO PIENSES

No pienses en lo que será
Ni en lo que pudo haber sido
O la espera y la añoranza
Acabarán contigo

Verano (y no el que me falta)

¿Percibes el olor cálido y veraniego?
Está cargado de recuerdos y de nostalgia.
Noche de lágrimas.

jueves, marzo 03, 2005

Carta a Lau

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Esta noche escribo sobre la añoranza. Líneas y líneas sobre una sola palabra. Esto se le da mejor a mi hermana, tan enfadada con el mundo que es capaz de escribir hojas enteras sobre palabras como “ironía” o “hipocresía”, pero esta vez es diferente. Soy yo la que escribe. Soy yo y es la añoranza. Esa palabra que no tiene hueco e intenta abrirse paso entre materialismos adúlteros y caprichos de niña mimada. Una palabra que, por mucho que las cosas cambien, los tiempos pasen, las cosas pasen y los tiempos cambien, siempre irá conmigo. Tan ridículo pero tan cierto como echar de menos a gente que conociste un verano hace 8 años, y tan solo por unos días, pero cuyo corazón con acento extranjero te dejó marcada para siempre.
Han pasado pues 8 años, y sigo llorando de manera completamente infantiloide con canciones tan dispares como “El reloj” de Luis Miguel, aquel que no me permitió congelar una noche, o “Laura no está”, de Nek, que efectivamente no se equivocaba, pues aunque Laura estaba, se fue.
Y esos BSB, chulitos de tres al cuarto con canciones en inglés que no me decían nada porque ni siquiera les entendía, pero que todavía hoy me ponen la carne de gallina con, por ejemplo, aquellas “ten thousand promises” que yo cantaba, pero luego, bien diferente fue la realidad, pues no fui capaz ni de cumplir una. ¿No lo entiendes? No era una canción, era un momento, una persona, un recuerdo cada vez más lejano y difícil de conservar.
Cada noche aprieto los dientes, los puños, para que no se vaya, para que no te vayas, pero te desvaneces, te derrites como aquellos helados que compartíamos. Era, en definitiva, un verano especial que ya no es. ¿Y ahora qué? Poco sé de tu vida, no hay llamadas, no hay cartas, pues por más que lo intentamos, nos pudo la distancia. Pero todo está en mente, todo en el corazón, tú creerás que te he olvidado a no ser que no me recuerdes, como creo yo.
Pero ya te irán contando que no es verdad, ya recibirás avisos que te hagan llorar, fotos que te hagan recordar, y si Dios quiere, alguna visita en son de paz.